El sábado 15, en el Patio del Museo y Archivo Histórico de nuestra ciudad, donde funciona la Dirección de Cultura y Educación de Arrecifes a cargo de Stella Maris Arzuaga, se reunió una muy buena cantidad de público para asistir al primer encuentro coral del año en nuestra ciudad.
«Arrecifes Canta» tuvo como anfitrión al Coro Polifónico Municipal «Angel Concilio» que dirige la Profesora María Auil, que invitó al Coro Municipal de Pergamino dirigido por el Prof. Roberto Lanzilllota, el Coro Municipal de Villa Constitución «Ernesto Roldán» dirigido por Gabriela «Popi» Herrera, el coro municipal de Chacabuco dirigido por Jorge Cassella y el Coro «Ramallo» de Ramallo dirigido por el prof. Julián Sisterna.
Entre coreutas y público asistente, el patio del Centro Cultural se vio colmado con muchos espectadores de pie para poder disfrutar la música que ofrecieron las distintas agrupaciones corales. El museo acondicionó como auditorio un espacio fuera del Auditorio Giraudo, el que hubiese resultado chico para el evento.
Con la calidad y la calidez que cada coro trajo al encuentro, ofrecieron un repertorio que ya desde hace años ha girado casi en su totalidad a la música popular, para dejar las partituras corales clásicas para ámbitos más específicos de ese tipo de música. El cambio se produce probablemente alrededor de los años 70, sobre la huella que venían dejando ya los grupos vocales como Los Huanca Hua, Cuarteto Zupay, Opus Cuatro, Los Trovadores, Santaires, Grupo Vocal Argentino, MPA y otros. Estos grupos, de la mano de grandes músicos, compositores, arregladores, sembraron la semilla para lo que luego adoptaron los coros argentinos.
Así, y con algunas interpretaciones que pudieron destacarse en el encuentro, se escucharon temas compuestos por Charly García, María Elena Walsh, Vinicius Di Moraes, Bryan May, junto a clásicos del folclore argentino y del cancionero latinoamericano.
¿Por qué no se hace una crítica de la calidad coral o interpretativa? Porque en principio el concierto de coros vocacionales como los que se presentaron ayer, trabajan por conseguir la mejor calidad interpretativa, pero lo que se ve es el resultado de un esfuerzo comunitario, un ejemplo de colaboración y cooperación para un buen resultado que no distingue a ninguno de sus integrantes; la reunión en el ensayo -y fuera de él- de personas de distintos grupos sociales, tienen además de la finalidad musical, el encuentro para alimentar el espíritu de quienes cantan y quienes escuchan. Eso no se evalúa, eso no puede recibir una puntuación ni una calificación. Suben a un escenario a mostrar lo que hacen, y se los aplaude por eso, se les agradece las horas de ensayo, la entrega…
Argentina tiene una gran tradición de coros vocacionales, de hecho la mayoría de los mejores coros del país son vocacionales. Sólo reciben a cambio de su música el aplauso y el placer de disfrutar el hacer arte. Un grupo humano cantando lleva consigo un mensaje de paz y unión.
«La música sana y salva». Un concepto que en la noche del sábado se pudo escuchar y se la mencionó por lo que significó el arte y sobre todo la música durante el duro tiempo de pandemia. Orquestas, grupos musicales, coros, bandas… fueron muchos los que en tiempos en que no podíamos juntarnos hicieron música uniendo las individuales participaciones en videos que luego eran coordinados para conseguir un resultado similar al del vivo. Pero nada pudo reemplazar el juntarnos, vernos, escucharnos, mirarnos… ahora hemos vuelto, pero hubo que empezar de cero en muchos casos. Con coreutas y directores que se fueron, con muchos que no encontraron la motivación para regresar, y a pesar de todo, la música coral sigue viva. Hubo una invitación para que quienes deseen experimentar unirse en la música se acerquen a los coros de sus ciudades y se sumen.
Excelente la iniciativa de realizar el encuentro coral y esperemos que sea el primero de muchos.