Publicación Pedida: El kirchnerismo y sus “universos paralelos”
Puede ocurrir que dentro de muchos, muchos años, alguien que se interese por la historia argentina de estos tiempos no pueda dar crédito al texto que tenga ante sus ojos y crea que el bibliotecario o el librero (si es que todavía existen tales profesiones), se equivocaron y le dieron un libro de ciencia ficción en lugar del que había solicitado. Los contemporáneos del kirchnerismo sabemos que este régimen es dolorosa y lamentablemente real, aunque analizando un poco el asunto no le faltan parentescos con el género literario al cual tanto aportaron Ray Bradbury o Stanislaw Lem, entre otros.
Uno de las características del relato de ciencia ficción es el de utilizar el recurso de los “universos paralelos”, cosa tan ardua como imposible de explicar para un profano pero que tiene que ver con una hipótesis de la física cuántica en la que entran en juego la existencia de varios universos o realidades relativamente independientes. Para hacerla más simple trate de recordar aquella serie de la TV en blanco y negro cuyos episodios tenían como cierre esta frase sacramental: “Todo es posible en la Dimensión Desconocida”.
Pues bien, el kirchnerismo ha demostrado una enorme vocación para crear “mundos paralelos” o “realidades alternativas” cada vez que los hechos no concuerdan con sus intereses. En ese sentido una de sus primeras invenciones tuvo lugar cuando las cifras de la inflación comenzaron a volverse incómodas y a cuestionar el discurso oficial. La respuestas fue intervenir el Indec, patotear a los funcionarios díscolos y falsificar estadísticas para hacer creer que esa era la realidad y no la que gritaban los precios desde las góndolas.
Algo similar ocurrió con la tradicional Feria del Libro de Buenos Aires, plataforma “destituyente” donde se presentan libros que hablan sobre corrupción en el Gobierno o traen como invitado a Mario Vargas Llosa. La respuesta K fue crear una Feria del Libro paralela que funcionará en la tan mentada Tecnópolis. Ese mismo predio (gran curro kirchnerista como se esta viendo en estos días) será sede de “Agrópolis”, una exposición agropecuaria que -al módico costo de 20 millones de pesos- intentará opacar la popularidad de la clásica Exposición de la Sociedad Rural, foro poco propicio para el actual gobierno y -seamos justos-, también para otros muchos más democráticos que éste.
Siempre con ese entusiasmo por las realidades paralelas el Gobierno pondrá plata (nuestra) para crear una empresa de mediciones que compita con Ibope, que vaya a saber por qué oscuros designios se empeña en afirmar que los programas de Lanata y Longobardi en Mitre miden mucho más que sus competidores oficialistas, o que el mismo Lanata le gana el fútbol los domingos a la noche. La ultima (hasta ahora) de las invenciones kirchneristas es la de las “cátedras paralelas”, creadas en distintas Universidades para acallar o al menos neutralizar la influencia de profesores poco adictos a las ideas del Gobierno.
Se afirma que el inspirador intelectual del kirchnerismo es el filósofo argentino Ernesto Laclau, un pensador “nacionalista” que vive en Inglaterra, enseña allí y tiene incluso ciudadanía inglesa (?). Repasando todos estos manejos del kirchnerismo que hemos enumerado cabría poner en duda dicha afirmación y suponer que, en una de esas, el verdadero inspirador del kirchnerismo haya sido nomás Ray Bradbury, eso si, con alguna ayudita de Stephen King, otro gran maestro… pero de la literatura de terror.
Carlos R. Martinez