La centroizquierda porteña competirá en un frente común
A menos de una semana para que venza el plazo para la inscripción de alianzas y adhesiones para las Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO), las principales fuerzas no kirchneristas ni macristas de la ciudad de Buenos Aires acordaron confluir en un solo frente común.
Proyecto Sur, los dos sectores de la Coalición Cívica, la Unión Cívica Radical, Libres del Sur, el Partido Socialista, el GEN, Podes y el Partido Socialista Auténtico lograron finalmente superar sus diferencias y alcanzaron un acuerdo electoral.
Cada una de estas fuerzas presentará su propia lista de candidatos a las PASO y definirán mediante el sistema D’Hont de qué manera quedará confeccionada finalmente la nómina conjunta con la que competirán en las Legislativas de octubre. El sistema D’Hont es una fórmula electoral que permite obtener el número de cargos electos, en este caso lugares en la lista, en proporción a los votos conseguidos.
La posibilidad de conformar un solo frente de centroizquierda en la ciudad de Buenos Aires parecía naufragar. Unidad Popular, conducido por Claudio Lozano, abandonó el Frente Amplio Progresista (FAP) tras rechazar los acuerdos que comenzaban a cerrar Fernando «Pino» Solanas (Proyecto Sur) y Elisa Carrió (Coalición Cívica) por un lado y Victoria Donda y Humberto Tumini (Libres del Sur), Ricardo Gil Lavedra (UCR) y Alfonso Prat Gay (Coalición Cívica) por el otro. Asimismo tanto Donda como Tumini rechazaban la incorporación de Carrió al frente liderado a nivel nacional por Hermes Binner.
Por su parte, Lozano consideró que el acuerdo alcanzado tanto en la Ciudad como en la Provincia de Buenos Aires entre el FAP y la UCR «dinamitaron las posibilidades de la existencia del FAP y dejaron fuertemente cuestionada la perspectiva del FAP a nivel nacional».
«Las opciones tomadas por algunas fuerzas en la ciudad de Buenos Aires, y por el socialismo y el GEN en la provincia de Buenos Aires, lo que han hecho es dinamitar la posibilidad de la existencia del FAP y transformarlo rápidamente en la construcción de una suerte de pulmotor de la recuperación del radicalismo y del bipartidismo», sostuvo Lozano.
Así, luego del reclamo de unidad opositora que se hizo sentir durante la protesta del 18-A, la centroizquierda logró avanzar en la conformación de frentes en los dos mayores distritos electorales del país. Por el contrario el panorama es todavía más incierto entre las fuerzas de la centroderecha donde predomina la dispersión.
En la provincia de Buenos Aires el PRO y el peronismo disidente aguardan la definición de Sergio Massa. Si el intendente de Tigre decide romper con la Casa Rosada y jugar fuerte en las Legislativas, la centroderecha se encolumnará detrás de su figura. De no hacerlo el PRO, que no cuenta con figuras de peso en la Provincia deberá acordar una vez más con Francisco De Narváez para tratar de colar alguno de sus candidatos en las listas de candidatos
En Ciudad la centroderecha sigue atomizada. La posibilidad de un acuerdo entre Roberto Lavagna y el macrismo mengua día a día, por lo que se prevé el ex ministro de Economía terminará compitiendo con Gabriela Michetti por una misma porción del electorado porteño.