El desvalije está latente, lo sabe hasta el Presidente
Ayer, cuando quedamos solos, se fue el último perito policial y el último de nuestros familiares, ni Clara ni yo podíamos dormir, obviamente los nervios y el miedo ya hace tiempo que no quedan afuera cuando uno cierra la puerta.
Pensé en escribir, porque me hubieran brotado muchas líneas para poner en MinutoArrecifes, pero no quise. “Mañana escribo en frío”, pensé. Claro, nunca me había tocado vivir desde adentro un hecho similar, y recién ahora cuando quiero arrancar nuevamente advierto que al otro día no estas en frío, no es el final, sino el comienzo.
Cómo hacer ahora para no sentir miedo. Cómo hacer para que ella pueda dormir con la luz y el televisor apagado. Cómo hacer para ir a trabajar y dejarla sola. ¿Existen rejas o alarmas que suenen cuando intentan violar tu intimidad? Hace pocos días Clara me preguntó: “¿Existe algún lugar del mundo en el que no haya inseguridad?”. – Creo que no Clari, le dije, o quizás alguna isla desierta.
He escrito muchas crónicas policiales, lamentablemente. Pero elegí escribir una carta porque quiero reflejar lo que realmente duele. El dinero nunca me sobró, pero lo voy a recuperar. Pero jamás voy a recuperar el cuchillo que me regaló mi viejo, grabado con mi nombre, uno para cada hermano. Guitarra, mí querida guitarra. Quizás compre otra, pero ya no podré contar la anécdota de las cientos de cuadras que caminé como cadete para poder comprarla. El cuaderno de Clara, un simple cuaderno donde sus apuntes resumen meses de viajar una vez por semana a Capital, a estudiar…
2 notebook duelen al bolsillo, pero el trabajo de años no se recupera.
Clara tiene miedo de abrir las ventanas, porque por la misma ventana que entra el sol, anoche se me metieron “autores ignorados”. Y de un momento a otro, dejamos de hablar de construir un futuro para hablar de construir rejas. Y de un momento a otro dejo de pensar en la clave de mi mail para pensar en una futura clave de la alarma. Y de un momento a otro no escucho víctimas de robos en las radios, sino que las radios hablan de mi.
La sensación de entrar a tu casa y ver todo revuelto, roto, despojado. Los segundos eternos en que busque a Clara para saber si estaba en peligro. La sospecha de que aun había gente adentro. Los dos gatos mirándome con cara de “nosotros no fuimos”. Descubrir que se llevaron el valor afectivo, el valor económico, y el valor de vivir sin rejas. Es mucho, es triste, y es real.
Otro día, con tiempo y la mente mas clara, debatiremos sobre la justicia, el sistema carcelario, la inclusión social, la mano dura y demás temas relacionados. Hace no mucho escribi sobre la corrupción, citando a Hermética, una banda heavy con profundo sentido por las cuestiones sociales. Vuelvo a citarlos: » el desvalije esta latente, lo sabe hasta el Presidente».
Hoy solamente quise reflejar, con las pocas luces encendidas que tengo, lo que me toco vivir. Y agradecer a cada uno de los que nos envían saludos, no sospechaba que había tanta gente que nos aprecia.