Inseguridad: cuatro robos e intentos en «El Campito» del Hogar Coraluz

«Nos da preocupación, dolor e impotencia; lo único que hemos hecho en 30 años de la institución fue ayudar a las familias que necesitaron… algo que parece sencillo para quien me escucha, es una tragedia para nosotros», así describía Marta Testatonda, desde el Coraluz, el sentimiento de la institución luego de haber pasado por cuatro situaciones de inseguridad en pocos días.
Si bien el primero de los últimos cuatro se produjo hace dos meses, cuando los delincuentes se llevaron el alambrado perimetral que separa el predio del campito con APRA, los otros tres fueron en menos de una semana.
Luego de los 20 metros de alambrado, que fueron repuestos entre Apra y Coraluz, las alarmas volvieron a sonar el pasado fin de semana. En esta oportunidad se llevaron el alambrado perimetral del campito, en la línea que lo separa del camino a La Blanqueada. Esa misma noche, los cacos movieron desde una galería exterior hasta el medio del patio trasero, un freezer que no alcanzaron a llevarse. Ese freezer fue guardado inmediatamente dentro del edificio para protegerlo, y se colocó un alambrado de púas donde faltó el que existía, y sin posibilidades por el momento de reemplazarlo por uno igual por el alto costo que tiene.
No pasaron más de tres días, que nuevamente recibieron la visita de los delincuentes. Tanto los responsables de la institución como el personal de las alarmas, acudieron cuando sonaron las alarmas y al llegar se encontraron que habían roto una de las ventanas de la cocina y se llevaron al fin, un freezer, más nuevo que el que dejaron abandonado tres días antes.
Cuando vieron que con la alarma no era suficiente, ya que al llegar a ver que pasaba quienes querían robar habían cumplido con su cometido, decidieron que desde ese día, por las noches quedaría personal de custodia. Esa misma noche, volvieron con intenciones de robo. Al encenderse las luces interiores del salón, los delincuentes huyeron.
En los últimos días, los medios nacionales hablan de la otra pandemia de la provincia de Buenos Aires, la de la inseguridad. Los casos habían llegado a límites muy bajos comparados con el mismo período del año anterior, durante los meses de marzo y abril. Se decía que probablemente la cuarentena hacía que los delitos disminuyeran, pero con la flexibilización llegaron nuevamente los hechos delictivos a números preocupantes, y Arrecifes parece no ser la excepción. El Coraluz es una de las víctimas de los hechos de inseguridad; es de esperar que en las próximas horas, la investigación de los hechos lleve a algún hallanamiento para dar con los elementos robados.
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