Los que vienen de afuera tienen que hacer aislamiento

Nos acordamos de «los que venían de afuera»? Viajaron a Italia, a Miami, a España, a Brasil… y cuando llegaban, quince días dentro de sus casas. Eran, casi «el enemigo». Hoy el virus es pandemia y todos somos Italia, todos somos España, Brasil, Estados Unidos… Ahora, quienes llegan a Aeroparque desde Ushuaia, por disposición del gobierno de la Ciudad de Buenos Aires son alojados en un hotel, se les hace el hisopado y hasta que no tienen un resultado negativo no se pueden mover ni a la vereda y están con custodia policial. Si querés ingresar a Jujuy, vengas de donde vengas, tenés que quedarte 15 días encerrado o pagar cuatro lucas para que te hagan el hisopado. Hoy todos somos «sospechosos», todos somos el enemigo.
La Provincia de Buenos Aires, dentro del país, es la que más casos positivos ha denunciado, y somos un peligro para el resto de las provincias… y para nosotros. Arrecifes no tiene aún ningún caso confirmado, o sea que quien viaja a lugares como la Capital Federal, hoy estaría en las mismas condiciones que hace un mes los que venían de Italia. Sucede que era muy fácil detectar a quienes venían del exterior, porque bajaban de un avión. ¿Cómo sabemos hoy que alguien que ingresa a Arrecifes no viene de una ciudad donde hay casos y riesgo inminente de contagio en cualquier parte? ¿Cómo controlan los municipios a quienes llegan a la ciudad?
El Ministerio de Jefatura de Gabinete de Ministros, de la Provincia de Buenos Aires, envía a las Secretarías correspondientes de cada Municipio el nombre de las personas que llegan desde el exterior y el domicilio donde éstos declaran pasarán el período de aislamiento, y en ciudades como las nuestras, es muy fácil controlar a las personas en esa situación, no es igual en localidades con 100.000 habitantes o más.
De todas formas, y volviendo a quienes se desplazan por el país, muchos de ellos transportando mercadería que abastece supermercados o rubros que tienen permitido seguir funcionando, son los municipios los que deben extremar las medidas de control, ingeniárselas para filtrar las posibilidades de contagio. Porque recordemos que no sólo se trata del virus que puede llegar en una persona que ha sido contagiada y no tiene síntomas, sino también en elementos que entran a la ciudad y pueden tener superficies donde el virus pueda sobrevivir un tiempo como para provocar un contagio.
No es tarea sencilla la de los intendentes y sus equipos, aprender de un día para el otro como se enfrenta algo con lo que el mundo no está familiarizado, optimizar los recursos humanos y materiales disponibles, estirar un presupuesto que para varios ya era insuficiente, contener la ansiedad de los vecinos y los reclamos por medidas de control por un lado y de flexibilidad laboral por el otro.
Hemos transitado ya casi un mes desde que nos pidieron que nos quedemos en casa, algunos no lo han hecho porque suponen que nada les ocurrirá, otros hacen lo que pueden, ya que deben salir a trabajar, otros no han visto más que las paredes de su casa durante estos días. Pues que la impaciencia no nos gane. Debemos seguir manteniendo el cero en la estadística de casos positivos en Arrecifes, no esperemos el primer caso para tomar conciencia, porque ese, probablemente venga con alguno más… y no sabemos si no está dentro de nuestra casa.