Noche de Rock en el Brown
El sábado por la noche se concretó la primera de las muchas noches de rock que vendrán en el Club Almirante Brown. Es que las bandas andan necesitando lugares para tocar y la institución verdinegra bien dispuesta está a poner la casa si de estimular y defender la cultura se trata, transformándose en un nuevo reducto en un sector que, por el trabajo de las propias bandas autogestionadas, lució perfecto para la ocasión.
Esta vez fueron Sueño Chamán, A punto Caramelo (las dos más activas del momento) y un puñado de músicos locales con invitados especiales para una zapada final que cargó el escenario de una energía que no se esfumó hasta el último rulo de batería.
El trío Zalloco-Giraudo-Leguizamón funcionó a la perfección, brindando – seguro fue así – uno de los mejores shows de la banda. Muy conectados, con el instrumento y entre sí, y ejecutando con precisión, tocaron canciones de su disco «Nómades», presentaron cosas nuevas y un cover necesario para estos tiempos: «Adonde está la libertad», de Pappo. Para guardar donde quepa guardarlo, el solo de Zalloco en «El espejo». Demoledor.
«Chusma Chabón», «Vivís al palo», y «Sueño Chamán» fueron también momentos de alta comunión con el público.
A Punto Caramelo, apelando a otras armas, también pisó fuerte y desplegó un set más ecléptico. Como respuesta la gente bailoteó cuando sonó reggae («Disfrutar»; «Pensar»), cantó fuerte las que tienen consignas más combativas («Ellos quieren más», «Muro» y escuchó con respeto cuando así ameritaba el momento. Buenas intervenciones de Lucho Girod en saxo, fundamental Carlos Zingoni en efectos espaciales y natural lo de Mauro Ligorria que cuando toma el micrófono lo hace con personalidad y estilo bien propio y es con él al frente que se vieron los mejores momentos de la banda: «Renacer» y «Una vez más» son dos lindas canciones. Lo del Ruso es otra cosa, difícil de explicar, pero resulta. Hay un magnetismo que lo hace imprescindible. Y a veces eso supera la técnica.
Más tarde, se develó la sorpresa anunciada en la difusión de afiches: La presencia de Tuni Testi, guitarrista de El Ahujero (Hurlingham) y con espíritu pelotero por haber sido novia de Alejandro Sokol, figura emblemática del rock argento, acompañada de músicos locales que fueron intercambiando roles e instrumentos, se transformó en una pseudo zapada que revivió clásicos de Las Pelotas (sentida versión de «Bombachitas»), Riff, Divididos, Redondos y Sumo.
Nota: Diego Amaya – Fotos: Florencia Fellin