«Intendentes al por mayor» (Por Carlos Martínez)
En 1966 se produjo una circunstancia poco frecuente en los anales del municipio de Arrecifes, como lo fue el hecho de tener cuatro intendentes en el transcurso del año. La curiosa circunstancia fue una derivación del golpe militar que llevó al poder al general Juan Carlos Onganía y que en nuestro medio produjo el desplazamiento de Enrique Montes, elegido por el voto popular en 1963. Don Enrique, Radical y de impecable desempeño en esa función fue reemplazado inicialmente por el teniente coronel Hector Alfredo Salgado, luego fue designado Eduardo Bianchini y tras la renuncia de este ocupó el cargo el inefable Antonio Salvatierra Casariego.
Cincuenta años después Arrecifes parece estar en vías de igualar o superar ese record, no ya como consecuencia de un golpe militar sino de las internas del Frente para la Victoria o -para ser más exactos- de distintas fracciones del peronismo, Frente Renovador incluido. La otra diferencia es que en 1966 hubo cuatro intendentes sucesivos mientras que ahora los tenemos en forma simultánea. En realidad no se trata de intendentes “formales” sino de funcionarios, organizaciones o simples precandidatos de alguna línea interna que asumen atribuciones que no les competen o manejan recursos oficiales que no debieran manejar.
El desencadenante de esta situación fue sin dudas el pase de Bolinaga al massismo, momento a partir del cual comenzamos a asistir al bizarro espectáculo de funcionarios provinciales o nacionales que en sus visitas a Arrecifes “puenteaban” a las autoridades oficiales del Municipio y se reunían con la delegada del Ministerio de Acción Social en la zona, la señora “Tana” Di Palma y con su mediático hijo Marcos, quien –que se sepa- no ostenta cargo alguno salvo el de aspirante a político y entusiasta propagandista del pusilánime que gobierna la Provincia de Buenos Aires.
A un nivel más modesto hemos visto también a los integrantes de La Cámpora repartiendo decodificadores para la Televisión Digital Terrestre y en estos días, el anuncio de la llegada de Unidades Móviles que permiten gestionar en forma rápida el nuevo DNI, anuncio que en un país normal debió haber hecho la delegación local del Registro de las Personas (hubo un pedido al respecto desde el Concejo Deliberante) pero que sin embargo hace un simple particular, integrante de una de las facciones del FPV.
Como se ve, el denominador común de estas acciones es el uso de bienes, servicios o sistemas pertenecientes a la administración municipal, provincial o nacional –es decir pertenecientes a todos- y que en lugar de ser manejados orgánicamente parecen constituir el botín de candidatos de los distintos oficialismos de signo peronista con el propósito de favorecer sus aspiraciones electorales. Contrástese esa situación con la de partidos que deben juntar moneda a moneda para sus sostener sus módicas campañas y, obviamente, no pueden tocar timbre en un ministerio para que los provean de dádivas con las cuales complacer a futuros votantes.
Descuento que, lamentablemente, serán minoría aquellos que condenen dichas actitudes, violatorias muchas veces de las atribuciones de autoridades electas por el voto popular. El resto seguirá aceptando de buena gana todo los que se les ofrece, sea un trámite rápido para conseguir el DNI, una jubilación, remedios o todo lo que de aquí en más saldrá de las alforjas de estos vendedores de baratijas electorales pagadas con plata de todos los ciudadanos.
Carlos R. Martinez
LE: 4.693.598