Los «montoneritos» de las góndolas
Una persistente y aviesa campaña lanzada por las fuerzas que conspiran contra el país pretende hacerle creer a la gente que el kirchnerismo atrasa cuarenta años. Sin embargo una vez más la realidad se ha demostrado como la única verdad (según lo decía el General) y dado por tierra con esas falacias: el actual régimen no atrasa cuarenta años…atrasa SESENTA.
A comienzos de los años cincuenta las palabras más escuchadas, pronunciadas y leídas en la Argentina eran “agio”, “agiotista” y “especulador”, acompañadas por otros términos infaltables en el leguaje peronista: “antipatria”, “oligarca” y “gorila”. Aquellos términos definían a quienes –según “el relato” de esos tiempos- eran los malos de la película, los que aumentaban en forma artificial los precios para ganar más en menos tiempo perjudicando al pueblo.
Descargando en los demás las propias culpas (otro de sus clásicos) el segundo gobierno de Perón pretendía tapar el Sol con las manos. La realidad era que se había terminado la bonanza de los primeros años y el país afrontaba serias dificultades económicas, una alta inflación entre ellas. ¿Le suena conocido?
En lugar de enfrentar las verdaderas causas del problema lo que se hizo fue iniciar una verdadera caza de brujas contra comerciantes, industriales y productores en general. Aquella vez la Inquisición estuvo personificada por inspecciones de la Secretaría de Comercio, “jefas de manzana”, miembros del Partido Justicialista o delatores vocacionales. Multas, clausuras y persecuciones fueron parte de aquel vano intento de cambiar las leyes de la economía.
Sesenta años después el kirchnerismo lanza el plan “Mirar para cuidar” tendiente a combatir una inflación que según ellos no existe. La brillante idea pertenece a La Cámpora, (llamada así en “honor” de un pobre obsecuente que duró dos meses como Presidente de la Nación) cuyos bien rentados integrantes saldrán a la calle a la caza de almaceneros y supermercadistas “destituyentes”. Hecha una denuncia Su Señoría, Guillermo Moreno, aplicará en el término de 48 horas la respectiva multa adobada seguramente con un par de puteadas como es su estilo.
Dado que no existe posibilidad de apelación el sancionado no tendrá ocasión de explicar algo tan básico como que si el precio de costo de un producto es 10, no puede venderlo a 5 como dice la lista de precios oficial. Una hipótesis muy interesante que se plantea es el hecho de que el almacenero inspeccionado sea uno de los que ha creído el verso del modelo y de la “década ganada”. ¿Cómo reaccionará?, ¿Les dirá que cualquiera que vende a menos del costo se funde, se sacrificará por el modelo que defiende o sacará a patadas en el culo a los imberbes de La Cámpora? Esta última posibilidad se dificulta si le tocan como inspectores las huestes de Milagro Sala (Shakira incluida) o por que no, los presidiarios del Batayón Militante.
Paradojas de la historia. En 1973 el entonces secretario general de la Juventud Peronista, Rodolfo Galimberti, llamaba a formar milicias populares. Perón, entre cuyos múltiples defectos figuraba el de ser milico de alma lo fulminó con su rechazo. Sin embargo y por otra vía, Galimberti, Firmenich y compañía se salieron con la suya a través de Montoneros. Cuarenta años después un símil de Galimberti –el “Cuervo” Larroque, jefe de La Cámpora- llama a organizarse ante supuestas desestabilizaciones. Eso sí, acostumbrados a la comodidad de los despachos oficiales y los buenos sueldos los jóvenes admiradores de Montoneros parecen haber trocado (por ahora) la pólvora y la metralla por el combate cuerpo a cuerpo en medio de las góndolas tratando de mantener a raya los precios del osobuco, los tomates al natural y las hamburguesas. Menos mal.
Carlos R. Martinez
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