¿7D? Ocúpense de combatir el hambre
Recuerdo cuando asumió Cristina su primera Presidencia que dijo, palabras más palabras menos, que no iba a descansar hasta erradicar por completo la pobreza. En ese mismo discurso puso especial énfasis en los niños. Sé, desde la época de Carlos Saúl, que aquél político que dice exactamente lo que uno quiere escuchar es de temer. Porque sabe perfectamente cuáles son los temas sensibles en el país, sabe lo que la gente quiere escuchar. Y en política saber qué decir es vital.
Pienso que pasaría si el Gobierno pusiera el mismo énfasis que actualmente utiliza con el apocalíptico 7D, en combatir la pobreza. Que hubiera pasado si Cristina realmente se tomaba en serio sus palabras y ponía una fecha límite para el hambre y la desnutrición en Tartagal, Salta, Formosa, el Gran Buenos Aires, el norte y el sur argentino, el centro y el oeste. Sin ir más lejos, el hambre aquí en Arrecifes, donde decenas de chicos esperan ansiosos el lunes para ir a comer a un comedor.
Un informe de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) del 2010, señala que 2.920 niños argentinos mueren cada año por enfermedades derivadas de falta de nutrición o por desnutrición a secas. El mismo estudio indica que hay nueve millones de niños hambrientos en este país, que produce el 1.51% de los cereales y el 1.61% de la carne que se consume en el mundo.
¿Loco no?
Sin embargo se habla del 7D, o mejor dicho, se intenta instalar en la agenda el 7D con semejante insistencia que la gente no pueda hablar de otra cosa, ni pensar ni ver más que eso que nos quieren mostrar. Y quizás lo logren, pero ojo, la gente se come miles de versos hasta que se meten con el verso del bolsillo. Y los bolsillos, últimamente, están bastante flacos. ¿O tengo que convencer a alguien de que a un trabajador promedio la plata no le alcanza para llegar a fin de mes? ¿Alguien necesita que escriba que con 500 pesos vas al supermercado y no te alcanza para una semana completa? ¿Alguien no me cree?
La salud, que tema. Inauguración de hospitales, centros de atención primaria, clínicas, salitas y no sé cuántos otros versos más inundaron de propagandas la TV, porque recordemos, nos dicen aquello que necesitamos escuchar y a veces hasta nos convencen. No solo no avanzamos sino que retrocedemos, porque la salud pública continúa su degradación en beneficio del corrupto y excesivamente ambicioso sistema de prepagas impagables.
Y que hubiera pasado si la misma fuerza utilizada con el Grupo Clarín la hubieran puesto en pos de mejorar la educación. Los programas educativos fuera de sintonía con la realidad, los sueldos docentes eternamente insuficientes, los colegios privados recontra caros y abarrotados de padres que hacen su mejor esfuerzo para evitar que sus hijos vayan a escuelas públicas. “Pusimos de pie la escuela técnica porque antes era un país donde no se producía, un país donde todo se importaba; estamos reindustrializando a la Argentina”, dijo la Presidenta hace poco más de un mes. Mentira, una más.
12 años de “crecimiento” y todo sigue igual. 12 años de crecimiento y aún necesitan dibujar estadísticas para reflejar un “Modelo” que muere cuando se apagan los micrófonos, cuando se van las cámaras. 12 años de crecimiento que hubieran sido una excelente oportunidad para programar un país industrializado, exportador de Know-How. 12 años de crecimiento que ni siquiera, importando los mismos granos y las mismas vacas que exportamos desde que existimos, significaron un avance en la calidad de vida del país en su conjunto.
Estoy completamente de acuerdo en terminar con la corrupta maquinaria mediática, lobbysta, desestabilizadora y manchada de sangre que representa el Grupo Clarín. Pero las buenas intenciones del Gobierno mueren nuevamente en el discurso, ya que ni siquiera se molestan en disimular los grandes titulares que anuncian las compras de medios de Moneta, Cristobal López y testaferros varios. Persiguen para beneficio propio aquello que intentan desterrar.
Podría seguir hablando del empleo en negro, los subsidios corruptos, la megaminería, el petróleo que se va del país como siempre se fue, la inflación, el imposible acceso a la vivienda propia, la corrupción, la industria pesquera pisoteada por multinacionales, etc.
Pero nada es tan contundente como recordarle a la Presidenta que en Argentina hay chicos con hambre, son muchos y mueren. Hace 12 años que gobiernan, no hay excusas. Por favor, basta de instalar agendas livianas y ficticias, ocúpense de combatir el hambre.
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