“Qué vamos a hacer, es la vida, triste, pero es así»
El desborde del Río trajo la consecuente necesidad de evacuar a muchos vecinos a los que el agua les entró a su hogar.
Más allá de las colaboraciones recibidas por parte de los vecinos y la Municipalidad, las caras tristes y la angustia llevará mucho más tiempo en irse que lo que pueda tardar el agua en bajar.
Muchos de los evacuados no tenían las fuerzas ni las ganas de hablar, y es sumamente entendible.
Graciela es mamá y abuela, fue evacuada ayer a las 15:30 hs por los bomberos y se encuentra en las instalaciones del Estadio Municipal, precisamente en uno de los vestuarios. Entre mate y mate, me explicó que “principalmente hacen falta pañales, para los chicos. Yo estoy con mi hija, mi yerno, mi nena y mis nietos, una de 3 y uno de 5 que usa pañales porque tiene problemas”.
Un televisor improvisado se escuchaba de fondo, y mientras los chicos exploran el lugar yo los miraba pensando por dentro menos mal que no hace frío. La ropa y demás pertenencias apilonadas a un costado, lo que se alcanzó a rescatar. “Nosotros alquilamos en Arenales al 900, se tapó todo de agua por ahí. Ahora estaba drenando, y supongo que hemos perdido cosas. Algunas cobijas y colchones de una plaza nos van a hacer falta”, me dijo Graciela casi como pensando en voz alta.
Su triste situación se repitió en muchos escenarios de la ciudad. También, y vale resaltarlo, se repitió la solidaridad de muchos vecinos y comerciantes que colaboraron inmediatamente.
Al despedirme, Graciela en lugar de un chau me dijo “que vamos a hacer, es la vida, triste, pero es así. Gracias por venir”.
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