Comenzó el juicio oral por los sobornos en el Senado
Con la lectura del requerimiento de elevación a juicio, arrancó ayer en los tribunales de Comodoro Py el juicio oral para determinar responsabilidades en lo que se conoció como el caso de las coimas en el Senado. El Tribunal Oral Federal 3 de la Capital, integrado por los jueces Guillermo Pons, Gerardo Larrambebere y Guillermo Gordo, juzgará a Fernando De la Rúa, a su ex ministro de Trabajo, Alberto Flamarique; a quien encabezó la SIDE en su efímero Gobierno, Fernando de Santibañes, a Mario Pontaquarto, y los ex senadores justicialistas Alberto Tell, Augusto Alasino, Remo Costanzo y Ricardo Branda.
El ex presidente Fernando De la Rúa viste un saco gris, corbata verde, y se sentó en la primera fila de escritorios junto a sus abogados.
El que sorprendió a todos fue Alberto Flamarique. El ex ministro de Trabajo luce un look extraño para un político, con pelo largo, atado con una colita, y se lo vio más canoso que en sus últimas apariciones públicas. Se sentó en la quinta fila. Arriba de su escritorio tiene un iPad.
Bien temprano, en el séptimo piso de Comodoro Py se encontraron los ex senadores Constanzo, Tell y Alasino, quien llegó con una boina negra, camisa rosa y una bufanda bordó. «Por fin un morocho entre nosotros», lo recibió Tell al ex senador por Entre Ríos. Los ex senadores están juntos en la cuarta fila.
En la sala de audiencias hay escaso público. Se destacan algunos familiares de los senadores llegados desde el interior y viejos militantes radicales. Los periodistas que cubren la audiencia recibieron una gacetilla de prensa -preparada por una agencia contratada por el ex presidente- donde se detallan las «inconsistencias» del relato de Pontaquarto.
Todos los imputados están acusados por el caso de los sobornos pagados en la Cámara Alta para lograr la sanción de la ley de reforma laboral en abril de 2000. El «arrepentido» Mario Pontaquarto es quien entregó a los senadores $5 millones de dólares que dijo haber retirado de la SIDE por orden de De la Rúa. Los entonces funcionarios están acusados del delito de «cohecho activo», mientras por la misma figura penal, pero de forma «pasiva» lo están los ex senadores.
El juez que condujo la investigación es Daniel Rafecas y el fiscal que intervino es Federico Delgado. En el juicio oral acusará la fiscal Sabrina Namer y la Oficina Anticorrupción actuará como querellante.
La denuncia de las coimas en el Senado resquebrajó la situación política del Gobierno de la Alianza. Quien era su vicepresidente, Carlos «Chacho» Alvarez, que en nombre de Frepaso encabezó la Alianza con la UCR, renunció en octubre de 2000 a su cargo debido a las sospechas del pago de coimas. En diciembre de 2001, De la Rúa renunció a la presidencia en medio de una crisis económica y social que dejó enormes secuelas en la Argentina.
Alvarez será uno de los más de 300 testigos que deberán declarar en el juicio. Igual que la presidente Cristina Fernández de Kirchner quien probablemente lo haga por escrito. También están citados los ex presidentes interinos Adolfo Rodríguez Saa y Eduardo Duhalde, y ex vicepresidentes Julio Cobos, entre otros. Hugo Moyano, secretario general de la CGT también será testigo: fue él quien aseguró que Flamarique le dijo que la ley de flexibilización laboral iba a ser aprobada porque para los senadores peronistas «tenía la Banelco» . Pontaquarto se inculpó y su testimonio fue fundamental: afirmó que en la mañana del día de la entrega de dinero a los senadores fue, a la SIDE donde lo recibió De Santibañes, y por la noche retiró los 5 millones del organismo de inteligencia. Pontaquarto dijo que entregó unos 4 millones al entonces senador peronista Emilio Cantarero en su departamento para repartir con sus colegas de bancada. El resto del dinero habría sido entregado por Pontaquarto el 26 de abril al radical José Genoud, quien se suicidó en 2008. Cantarero quedó fuera del juicio porque padece el mal de Alzheimer. Casi 12 años después de los hechos comienza un juicio que durará seis meses.
Fuente: clarin.com
