Fernando Ciongo, jefe de Bomberos Voluntarios de Arrecifes
Fernando «beto» Ciongo es el jefe de los Bomberos Voluntarios de Arrecifes. Hoy 2 de junio, en reconocimiento a su labor, dialogamos con él para conocer mejor su vocación, su responsabilidad y su sentimiento por una institución en la que se desempeña hace 25 años.
Fernando, usted es la cara visible de los Bomberos Voluntarios, ¿pesa la responsabilidad?
Yo soy la cara visible pero bomberos somos cada uno de los 50 integrantes del plantel. A todos nos pesa la responsabilidad de llevar adelante una institución y de mejorar el desempeño que realizamos, y tenemos la obligación de estar acá cumpliendo. Tampoco hay que dejar de trabajar, de atender a la familia, de estudiar.
Este año algunos de los experimentados pasan a reserva
Sí, se jubilan y pasan a reserva en el cuerpo auxiliar. Algunos están un poco cansados o ya no pueden cumplir, pero tienen 25 años o más de actividad en el cuerpo. Antonio Calviño, Walter González, Fabián Mira, Walter Ferri y César Pérez que fue el Jefe anterior, ellos no dejarán de estar en el cuerpo pero pasan a reserva.
Muchos de los bomberos son considerados héroes en la ciudad
Mirá, es una vocación. En mi caso particular, y creo que es trasladable al resto, cuando entré me llamaba la atención los servicios, los bomberos, los camiones, pero después les tomas cariño y te enamoras de la institución. Luego hay que capacitarse, porque esto es una profesión aunque esté encubierta por el hecho de ser voluntarios. Los bomberos hemos logrado tener una pensión importante, como los veteranos de guerra, pero eso pasa después de los 25 años que estuviste acá, en mi caso hace 26 años que estoy en la institución, y cuando ingresé no fue por la jubilación. Un bombero promedio tiene siempre más de 100 servicios por año, al jubilarte saliste mucho más de 2000 servicios, quizás 200 ó 300 accidentes, salvaste vidas que es lo más importante, evitaste la pérdida de valores y propiedades.
En todo grupo hay convivencia con lo que implica, pero en el cuerpo parece haber mucha fraternidad y calidad humana
En eso hay que hacer hincapié. Los grupos de amigos se forman por la edad, no puedo esperar que un chico de 18 años tenga la misma mentalidad que tengo yo, ni que haga lo que hice hace 20 años atrás. Todos nos vamos adaptando, ellos a los más viejos y nosotros a la generación nueva. Además hay un orden jerárquico, hay una Comisión Directiva que baja línea de cómo hay que manejarse, hay un Jefe, y han pasado 6 ó 7 Jefes.
También es un momento especial para recordar a Pepe Fernández
En 1950 se creo la Institución con personería jurídica, y en el 55´se hizo la primera autobomba, que es la Chuchunga, que la tenemos acá adentro. En ese momento se salía desde el Taller La Unión, que es de Pepe, y tenemos la suerte de tenerlo como uno de los primeros y creador de la Chuchunga. Esperemos que Pepe pueda venir a tomar el chocolate, a la fiesta, nosotros lo vamos a ir a buscar porque es un orgullo. Otro tan histórico es Omar Sempé, 25 años de bomberos y 25 años de Jefe.
La Chuchunga es una especie de mascota
Sí, es un honor que antiguos bomberos la hayan recuperado, a la Chuchunga de Pepe la mantenemos y cuidamos como se merece. Aunque sea viejita nunca hay que dejar de tenerle cariño, es un emblema. La primera autobomba que se creó, hecha por gente de Arrecifes, y además no debe haber muchos cuarteles que tengan autobombas de este estilo, y en el estado que se encuentra. Es un Ford, es modelo 34´, y está muy bien presentada.
Fernando, felicitaciones por el servicio y por la Institución
Gracias. Yo en lo personal, como Jefe, estoy agradecido por los bomberos que tengo. De la gente no puedo decir nada porque todo lo que tenemos es de la comunidad, la institución íntegra es de la comunidad. Si bien está manejada por socios y un cuerpo activo que se renueva, la institución es del pueblo, de Arrecifes.
Por otro lado soy de la idea de que tenemos que buscar chicos jóvenes que desde el jardín ya empiecen a querer a los bomberos, para poder ir formando nuevas generaciones. Y la calidad humana, porque la gente que ingrese al cuartel no debe ser mirada por el color, la capacidad monetaria ni la ideología política.
Simplemente tiene que querer a la institución, y hacerse del grupo. Queriendo este lugar, y sabiendo que entraste para dar, no para pedir, después vendrán las satisfacciones en tu vida. Como por ejemplo que vengan personas y nos saluden, como el chico que tenía 1 año y medio, y lo rescatamos de un pozo, y hoy 20 años después viene seguido a saludarnos.
No me quiero olvidar de la Comisión Directiva, porque ellos son gran parte de esta institución, si bien no se ven en el servicio, siempre están cubriéndonos las espaldas. Ellos nunca dicen que no, sino que tratan de buscar soluciones.
También saludar a la gente, que todos los años molestamos con las rifas, pero saben que es para mantener los materiales del lugar, acá todo cuesta mucho. La gente sabe que invierte en algo del pueblo, y en el momento que nos necesite un amigo, un vecino o un familiar, nosotros siempre estamos.