Día del Periodista: «Asumir el compromiso que significa ser formador de opinión»
«¿Por qué se han de ocultar a las Provincias sus medidas relativas a solidar su unión, bajo nuevo sistema? ¿Por qué se les ha de tener ignorantes de las noticias prósperas o adversas que manifiesten el sucesivo estado de la Península?… Para el logro de tan justos deseos ha resuelto la Junta que salga a la luz un nuevo periódico semanal, con el título de la Gaceta de Buenos Aires».
(Mariano Moreno, Gaceta de Buenos Aires del 07 de Junio de 1810)
Mi sobrino Juan Martín vive en Olavarría, tiene 2 años y meses, y su principal diversión es tomar el micrófono e imitar a Justin Bieber.
Otra sobrina, Martina, vive en Brasil, y me sorprendió hace pocos días porque a sus 6 añitos ya utiliza Facebook.
Tengo otra sobrina en México, se llama Catalina y tiene 19 años. A ella le encanta estar frente a las cámaras, se saca fotos y las publica.
Ni Catalina, ni Martina, ni Juan Martín son periodistas. Tampoco hacen periodismo a pesar de que saben sacar fotos, usar Facebook o tener un micrófono.
Es lógico, pensarán ustedes, es hasta estúpido pensar que por el solo hecho de tener alcance a una cámara, una red social o un micrófono ellos piensen en hacer periodismo. Para mí no es estúpido, porque actualmente cualquiera hace periodismo o se dice periodista por tener a su alcance las herramientas mencionadas u otras.
Cuando pasé por la facultad de periodismo, uno de mis profesores (Daniel Vila, que aunque jamás llegue a leer esto le mando un fuerte abrazo en su día) nos daba unas clases magistrales de redacción. Recuerdo sus clases porque en muchas de ellas ni siquiera hablaba de coherencia verbal, de estilo, de perfiles, crónicas o cabezas informativas. Nos hablaba sí de la vocación por el periodismo, y nos decía que para seguir esta carrera hay que ser, sobre todo, curioso, tener pasión por la lectura y la escritura, y vivir las 24 hs del día como periodista. “Van a trabajar toda su vida, y nunca van a ganar buena plata. Su mujer los va a odiar porque sólo hablarán de periodismo, pero después de unos años ellas los van a entender”, nos decía entre otras cosas con las que prefiero no aburrir en este escrito.
El periodismo local no necesita de mí, lo tengo claro y sería muy soberbio de mi parte considerarlo así. Pero necesita, en mi humilde opinión, de mayor ética, compromiso con la verdad, profundidad y sobre todas las cosas curiosidad.
Curiosidad no es chusmerío, sino preguntarse el por qué de lo que se da por establecido. Desconfiar de absolutamente todo lo que se da por sabido. Llevar hasta el límite de la duda todos los argumentos.
¿Quiénes, sino los formadores de opinión, tenemos mayor compromiso con la verdad?
Actualmente Argentina vive épocas turbulentas en cuanto a libertad de expresión. Libertad que es coartada, disfrazada y despreciada tanto por los principales medios nacionales como por el gobierno. Citando a Caparrós “estoy hablando de unos idiotas que se creen que los demás somos tan idiotas como ellos y que pueden engañarnos con mentiras berretas. Estoy hablando de una banda de mentirosos y mentirosas que se jactan de respetar la Verdad y la Memoria y se cagan en cualquier verdad y cualquier memoria que no les guste o no les sirva”.
Un hecho es un hecho, siempre. Luego, afortunadamente, existirán tantas interpretaciones como personas los interpreten. Pero lo que ocurre, si se puede probar, debe ser informado con rigor. Para ser mas ejemplificatorio: se puede discutir si el gobierno nacional es o no progresista, pero no se puede discutir la inflación, como no se puede tapar la corrupción sacando jueces, ni se puede dejar de felicitar por la sanción de la ley de matrimonio igualitario, etc. Podemos debatir si los subsidios nacionales son o no una política acertada, pero no se puede ocultar que mueren 8000 personas por año en rutas subsidiadas. Se puede discutir si Scioli sería o no un buen presidente, pero no se puede dejar de publicar el estado de las rutas provinciales, por ejemplo, o que la educación va de mal en peor, tanto en infraestructura como en capacitación docente o en salarios. Se puede, a nivel local, discutir largo y tendido si nuestro Intendente proyecta, gestiona y trabaja por su partido. Pero no se puede dejar de escribir sobre las mejoras en obras públicas, o las deficiencias del gobierno para generar puestos de trabajo.
Los hechos son concretos, siempre. La subjetividad les otorga luego diferentes matices, que cada medio adaptará a su línea editorial.
MinutoArrecifes, diario que me pertenece y dirijo, fue tildado de oficialista y también de opositor. No son insultos, sino características que lo posicionan de una forma u otra ante la critica. Mi intención por sobre todas las cosas es informar a los lectores. La objetividad es un mito, porque es sabido que la subjetividad atraviesa todo y cada uno de los actos que realizamos en la vida. Pero cuando de informar se trata es compromiso ético y moral del periodista evitar ser funcional a un tercero.
Los lectores deben, por otro lado, evitar la tentadora y recurrente categorización amigo-enemigo; oficialista-opositor; conelcampo-contraelcampo; kirchnerista-antikirchnerista, etc.
Otra cosa que me decía mi querido profesor, es que hay que tener la humildad necesaria para nunca terminar de creerse un periodista hecho. “Periodismo es una carrera de toda la vida”, aseguraba. Por eso, queridos colegas, los invito por el bien de nuestra golpeada sociedad, a mejorarnos día a día, y asumir el compromiso que significa ser formador de opinión. A dejar de lado el valor monetario de una publicidad interesada, y colocar en cada línea un dato, y en cada párrafo una idea.