Arrecifes tendrá su fiesta de la Chaya

La peña «Fogón Criollo» que desarrolla sus actividades en el Club Argentino y que dirige Susana Chiarcossi, recrea el espíritu festivo de la Chaya, en un festival-peña que se llevará a cabo el próximo 3 de marzo a las 19:00 hs. en el patio del club, Risso 51 de Arrecifes (B).
Músicos en vivo y peña para bailar música del norte y de todas las regiones del país, rescatando costumbres y tradiciones nuestras. De hecho, durante el desarrollo de la fiesta habrá una interesante cantina.
Qué es la fiesta de la Chaya?
La chaya es una festividad ancestral y popular anterior al Carnaval que trajeron los españoles. En América precolombina ya existían el ritmo y la fiesta entre los diaguitas quienes le dan origen a esta celebración. Nació en el corazón del indígena como la máxima expresión de triunfo en el rito fecundo de la recolección de los frutos, la algarroba madura, las mazorcas copiosas, el cardón florido, la torcaza arrullante, el amancay tímido, la albahaca fresca peinando de aroma los aires. La chaya tiene como finalidad agradecer a la pachamama por las cosechas y las bondades de la tierra.
El momento cúlmine de la chaya llega con el Topamiento: las mujeres se ubican de un lado de la calle presididas por la Cuma y los hombres del otro presididos por el Cumpa, provistos con harina, agua y pinturas a la espera de la orden del cura brujo para avanzar. Luego de dos o tres intentos con retrocesos se produce el topamiento al grito de ¡Chayaaa! Una enorme nube de harina cubre el lugar y nubla el aire. La música continúa y la alegría es extrema. El público presente participa, no hay ricos ni pobres, sólo personas dispuestas a compartir, y muchos turistas atraídos por esta festividad. Finalmente ambos grupos, con las caras enharinadas y pintarrajeadas, rodean al Pujllay saltando y cantando la chaya, todos acollarados, hasta el momento de su entierro.
En la versión local probablemente cambien harina por espuma…
Quien es el Pujllay?: Es el espíritu alegrón que es desenterrado una vez al año y debe volver a ser enterrado al ocaso del carnaval y va a animando a cada uno de los presentes con su voz chillona, haciendo bromas e invitando a bailar y celebrar. No es un demonio malo, sino pícaro y alegre que va contagiando su alegría!