Fútbol para todos
Si hablamos en términos futboleros, creo que la derrota fue del Cristinismo, no del Kirchnerismo, y la victoria fue de Sergio Massa, a quien aún le falta para ser el Massismo.
Fue una gran encuesta a nivel nacional, porque la gente no come vidrio, no estoy para nada convencido de que gano Massa, sino que perdió el Cristinismo. 10 años de Gobierno y “modelo” ininterrumpido no podrían, pragmática ni teóricamente, perder contra la “gestión realizada en Tigre”. Pero perdieron.
La defensa del Cristinismo jugó mal, defendió en línea contra los embates de Báez, que patea en contra de su propio arco. Contra Lanata que puede ser o no un gran jugador, pero que siempre es letal en el área. La defensa se mostró estática ante la inflación, un tema en el que hay que trabajar en serio, y asumir que ningún alimento cuesta menos de $20 y que los congelamientos jamás funcionaron por más de 3 meses.
Los 4 del fondo eligieron el ataque: ataque a Clarín que a la tribuna ya le aburrió, y más aún cuando se están jugando las finales y todos esperamos ver un equipo que ¿sintoniza fino? Solo nos muestran al mariscal (al Passarella, al patrón Bermúdez) declarando contra Clarín. A veces mandan a un pibito de las inferiores y le explican qué tiene que declarar. Más de lo mismo, y cansó tanto que el público empezó a chiflarle a los jugadores que defienden sus propios colores.
El equipo K peca como aquéllos equipos que se arman en torno a un solo jugador, y ese jugador como muchos jugadores se cree también director técnico, y termina eligiendo a sus compañeros porque le chupan las medias, no por cualidades adentro de la cancha. Entonces se da lo que se dio, una mala performance de un equipo que se muestra desgastado. Ni Insaurralde, ni los juveniles de la Cámpora, ni los vende humo como Scioli pueden componer un equipo ganador si juegan a la velocidad del 2004, estando en el 2013 y con problemas muy diferentes.
Los adversarios se aprovecharon de las falencias del bad team K, les ganó el candidato amassado por algunos medios con tan sólo poner cara de bueno, proponer algo imposible (solucionar la seguridad en la Pcia. de Buenos Aires replicando el modelo de Tigre) pero sobretodo siendo consciente de que la sociedad percibe que es el único que puede ganarle al Cristinismo.
El equipo de Caruso, que se armó para no descender y terminó peleando arriba, fue el Frente Progresista. Un plantel que busca ser equipo a través de la fortaleza del grupo, depositando sus esperanzas en el parejo nivel de todas sus líneas, sin figuras relevantes que declaren ante los medios para acaparar la atención. El Frente Progresista tiene que demostrar que además de buen plantel, el equipo no se va a desarmar luego de hacer una buena actuación en el torneo. Ya reflejan identidad de juego, les falta contagiar las ganas de comprarse la camiseta sin que la hinchada tenga miedo a que rápidamente se cambie el modelo.
El Cristinismo no es el Kirchnerismo, sería muy importante generar autocrítica desde ese ángulo. Pero realmente lo veo difícil cuando la DT del equipo sale a declarar después de un 2 a 0 abajo que tuvo más situaciones de gol, que el otro equipo no le generó situaciones claras, y que los dos goles ni siquiera fueron en contra.
Ante ese no planteo, lo único que nos queda pensar es que le gusta tirar la pelota afuera. El problema es que, en octubre del 2013, no se sabe quiénes son los dueños de la pelota.
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