Miedo
Quiero contar lo que viví en la reunión de Comisión Especial, en el HCD, el último jueves con la presencia de Daniel Bolinaga, que había sido solicitada por Germán Olaeta. No las cuestiones de forma, sino las de fondo, las del olfato periodístico, lo que se respiraba en el ambiente, lo que se reflejó en gestos y miradas.
Para quienes no saben cómo viene la mano política les recomiendo que primero lean las notas de los otros diarios digitales colegas que relacionan a Javier Braña con las viviendas usurpadas , el comunicado de la UCR, y las declaraciones del concejal Walter Bochatay por el Socialismo. Para los que se aburren leyendo mucho, pasen a otra nota.
Llegué al recinto junto con otros colegas, y estaba Marcos Pernicone, quien saludó con total naturalidad, Facundo Araguz, Carlos Mondino, Walter Maseda y Germán Olaeta. Luego llegaron Silvina De París, Walter Bochatay, Juan Zas, Adelqui Nicola, Adriana Arroyo y Gladys Rapachi. Todo era normal, pero Daniel Bolinaga llegó y el aire se tornó espeso. Porque su actitud fue seria, sobria y temperamental, sin llegar a ser agresiva. Puso las carpetas sobre la mesa con intenciones de trabajar a la brevedad, le faltó arremangarse. No volaba una mosca.
La prensa, todos nosotros, rodeamos la mesa en la que se realizaba la reunión, y eso ya fue suficiente para que los concejales opositores se pongan nerviosos. Y no tardaron en aparecer los cruces de miradas cuando Daniel Bolinaga desviaba la vista, porque claro, no nos esperaban y es lógico que así sea, porque nunca participamos de esas reuniones de Comisión. Aclaro que ni Jaime Perelsztein ni Mario Zaccaria fueron invitados, y los que siguen de cerca los vericuetos de la política no necesitan que explique por qué.
Silvina De París fue la primera en manifestarse en contra de la presencia de los periodistas. Sabiendo sobre su carácter temperamental, sospecho que le molestó más la invasión de medios sin aviso previo que la actividad específicamente periodística. Le consultó por lo bajo a Germán Olaeta, y el concejal asentía pero no tomaba la palabra. De París tomó coraje y habló. Bolinaga hizo como si no pasara nada, y siguió con lo suyo. Pero De París insistió, y luego de un breve intercambio de sis y de nos (ver video) logró que se vote. Toda la oposición prefería que nos retiremos, pero con mayoría oficialista en la mesa la votación permitió que filmemos y grabemos pero sobre todo observemos y escuchemos.
El Intendente comenzó una especie de exposición de números, balances, facturas y certificados. Las exhibió, no las prestó, pero repartió fotocopias con balances. El silencio era tan alevoso que me daban ganas de hablar a mí. En la última Sesión Ordinaria todos los ediles opositores estaban firmemente convencidos de ciertas responsabilidades del Municipio en cuanto a los pagos de las viviendas, la vigilancia de las mismas, el avance en la construcción, las responsabilidades, etc. Pero aquí nadie decía nada, sólo el Intendente, generando un respeto tan alevoso que me animo a decir que se asemejaba al miedo. Sí, dije miedo.
La primera en alzar la voz fue Gladys Rapachi, quien advirtió que por el pago de $ 6.231.486 pesos sobre 9 millones y pico del total, se podría deducir que es aproximadamente un 80 % de las obras, y que ese porcentaje no estaba aún construido. Pero eso es lo que quiso decir, aunque con tanto titubeo y falta de seguridad en la pregunta, que sea cual sea la respuesta podía estar bien. “Eso se abonó de acuerdo a la certificación de obra de los inspectores del Instituto. El Municipio no tiene nada que ver”, dijo el Intendente. “Perfecto”, dijo Gladys, que si bien luego reformuló su pregunta no consiguió la respuesta que deseaba.
Los concejales ya se animaban de a poquito a acotar, pero nimiedades, nada contundente. Por las dudas, Bolinaga alzó mínimamente la voz y dijo “lo que se pagó es lo que se contruyó”. Y Rapachi dijo “yo particularmente no estoy poniendo en duda el tema del dinero”. Y yo César Fiscina, que no podía abrir la boca, pensaba para qué Gladys habrá preguntado si dice que no pone nada en duda.
Bolinaga parecía Messi cuando engancha para adentro, estaba confiado de que nadie lo iba a detener. Y así fue. Pero al partido le faltaban algunos minutos y personalmente creo que el Municipio pasó a ganar cuando los retó a todos por primera vez: “Se leyó el Convenio en el Artículo 2, y no se siguió al 3° en el que está la forma de pago. Entonces no es justo que se digan cosas que no son”. Silencio atroz en la sala.
Cómo el partido se jugaba claramente en un área, Daniel Bolinaga siguió hablando de sus preocupaciones, de su intención de solucionar todo cuanto antes, de atender las prioridades, etc. Algunos acotaban ruiditos, otros nada. El oficialismo asentía todo, el resto bien, gracias.
Germán Olaeta le dijo “nosotros no ponemos palos en la rueda”, y explicó cómo aprobaron diferentes resoluciones.
Gladys volvió a preguntar lo mismo, por qué se atrasaron tanto. Y obtuvo la respuesta “porque están atrasados con los pagos”.
Silvina De París preguntó respecto a la responsabilidad que tenía el Municipio sobre el cuidado y la vigilancia de las viviendas. La respuesta fue “la vigilancia corresponde a la empresa que está ejecutando, tal es así que tenían 3 serenos, pero lo que sucedió supera a 2 ó 3 serenos”.
Pocas preguntas, fáciles y evitables. Cero repreguntas.
Y finalmente Walter Bochatay, nobleza obliga, habló. “Yo quise dejar en claro que la plata la transfiere el Instituto al Municipio, no a la empresa. Nunca puse en duda que lo que el Instituto transfirió a la Municipalidad no haya sido pagado como se debía”, explicó Walter. Fue una aclaración, pero en el contexto que se vivía sonó más a pedido de disculpas. Y como ya estaba todo definido, hasta Marcos Pernicone se mandó al ataque y retó a Bochatay “usted no escucha, debería haber escuchado”, le dijo. “Yo escucho”, dijo Bochatay.
El concejal del Frente Amplio Progresista insistió con el atraso de las obras de acuerdo a lo que se pagó. Pero como respuesta obtuvo lo mismo.
Carlos Mondino había estado analizando la hojita que le pasó Daniel Bolinaga, con balances de los pagos y acreditaciones. Analizó 40 minutos, y preguntó sobre la fecha del último pago (15/01) que realizó el Municipio con plata de sus propias arcas. Le contestaron la fecha, se aclaró la confusión, y chau.
Hubo mucho bla bla de un lado de la mesa, y poco bla bla del otro lado.
El Intendente triunfante y victorioso, con el partido que ya iba como 3 ó 4 a cero, redobló la apuesta y lanzo “en 2 horas no se toman 75 viviendas, y tenemos mucha información que nos dio la gente e incluso se la han dado a periodistas. No voy a acusar por dichos porque no corresponde, pero no tengo ninguna duda de que no se trató de una casualidad”.
Javier Braña no estaba.
“Tiene que haber sido alguien con conocimiento del tema, porque yo me paro en el barrio y no sé precisamente cuáles son las casas que fueron adjudicadas y cuáles las libres”, dijo Rapachi, y no logré entender si acusaba al Municipio o a Braña. Ni lerdo ni perezoso Bolinaga le contestó “estás ratificando mis dichos”. “Bueno, por eso, es una información que nosotros no la tenemos”, terminó de acotar Gladys.
La seguridad, los desafiantes tonos de voz, el alardeo, el convencimiento, la certeza de los concejales en la última Sesión Extraordinaria desaparecieron de la faz de la tierra.
Bochatay preguntó algo así como si se va a investigar la organización que habría usurpado, porque sino se hace el hecho podría volver a ocurrir. Y el Jefe municipal le dijo algo así como que él no es adivino y no sabe que puede llegar a ocurrir, pero tiene otras prioridades.
Y De Paris preguntó algo así como si se acercaron al barrio a hablar con los usurpadores para que depongan su actitud. Y Bolinaga respondió algo así como que la semana que viene (por esta) comenzarían las negociaciones con el Instituto de la Vivienda, e incluso que la Policía recuperó una vivienda y la está custodiando.
“¿Alguna pregunta más?”, dijo el Intendente.
Cric cric, cric cric…
La cereza del postre llegó al final, cuando Carlos Mondino quiso defender a Javier Braña y Bolinaga dijo que él no lo acusó de organizar nada, sino que reprobaba las declaraciones del concejal radical, quien habría justificado la usurpación.
Se dio este diálogo:
-Un concejal de mi Partido fue injustamente acusado, dijo Mondino.
– Acusado por quién, doctor, dijo Bolinaga
– Por los medios periodísticos locales, dijo Mondino.
-Ah, la prensa está acá, tendría que hablar con quien lo acusó, dijo Bolinaga.
– El Secretario de Prensa, que estaba por acá, vertió el nombre del Concejal, dijo Mondino.
– Pudo haberlo mencionado como lo hice yo, porque no acepto que un concejal justifique la usurpación, dijo Bolinaga.
– En eso estamos de acuerdo, dijo Mondino.
Es difícil hacer un análisis de lo que pasó, porque no pasó nada o pasó todo según desde que vereda política se mire el hecho. Pero desde la vereda del periodismo se advirtió mucha seguridad en la exposición y el discurso de Daniel Bolinaga, y poca desde la oposición. Se notó personalidad de un lado, y titubeos del otro.
Y se reflejó también un anticipo de lo que puede ocurrir en una futura elección, con incertidumbre y falta de argumentos por un lado, y confianza ciega y personalidad del otro.
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