Arrecifes FreeStyle fue cultura, de la mejor
El sábado se realizó el Arrecifes FreeStyle en la plaza de la Estación de la Juventud, y cientos de vecinos desfilaron por el evento apreciando las ofertas artísticas que iban desde baile y pintadas con graffitis hasta shows de hip hop.
Lo atípico de la muestra se reflejó en situaciones graciosas pero no por eso menos interesantes. En la plaza se observaban madres y abuelas tomando mate con sus hijos y nietos mientas observaban a los BBoys (bailarines de Break Dance). O bien a los padres, que vestidos de pinta como para ir a dar una vuelta arengaban a los raperos con su brazo estirado como el mejor fan hiphopero del Bronce.
Arrecifes recibió con los brazos abiertos una oferta que no es habitual en la ciudad, pero la gran convocatoria del AFS fue decididamente fructífera, y prueba de ello es que la gente se quedó hasta última hora enganchada con los desafíos que se realizaron en break dance, beatbox y hip hop.
La ciudad tuvo su versión local de la película 8 Mile, con raperos de Arrecifes, Pergamino, Capital y Gran Buenos Aires batiéndose en increíbles duelos sobre el escenario. Marquitos, AES 1 , MC Alan, MC Misionero, DJ Black, los graffiteros Nerf, Zear, Banner 5, los BBoys Súper Campeones Crew, todos dieron lo mejor de sí para el público y agradecieron efusivamente a Diego Camats, productor general del evento y responsable de la movida.
Párrafo aparte merece la actuación del arrecifeño “Alan”, un especialista de beatbox, estilo que consiste en realizar música y sonidos únicamente con la boca. Alan desafió a los raperos de capital con el público como jurado y realmente afanó, consiguió una ovación y dejó boquiabiertos a los MC´S visitantes.
Un momento gracioso se vivió cuando fue invitado al escenario el arrecifeño Diego Barber, que comenzó a realizar un excelente sonido con su boca y fue acompañado en beatbox por Alan y Altuan. La gente aplaudió el ánimo y la buena onda de todos.
El evento es el primero de su tipo en el país, elpúblico respondió de manera extraordinaria y los artistas, de los mejores entre los suyos, se fueron inmensamente agradecidos. Sin dudas fue el inicio de un festival que seguramente se repita y genere, como una bola de nieve, una tonelada de cultura y nuevas emociones, un lugar de expresión y de posibilidades.
La pista estaba colmada de skaters, la cantina de la Junta Vecinal de Villa Sanguinetti un éxito, los graffiteros dejaron su sello en uno de los galpones en desuso de la estación de ferrocarriles, y la gente vivió una tarde de intercambio cultural que dejó, tal como expresó Diego Camats, la certeza de que “la cultura modifica de a uno, a través de ella todo se puede, incluso gobernar. Se puede cambiar una sociedad, porque si a la gente le das cultura consume cultura”.
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