Eduardo Romero: «Cuando estas pintando te olvidas del mundo»
Es sabido que compartir una charla con alguien, y sentir comodidad en el mientras tanto, es señal evidente de buena química. Eso es verdad, pero mucho más cierto aún es que compartir momentos de silencio y sentirse como en casa es una clarísima señal de química. Y cuando digo silencio, es silencio de verdad, ni tele, ni compu, ni radio, ni gente, ni nada.
–Permiso, qué tal, un gusto, fueron mis primeras palabras.
-Cómo es tu apellido, fueron las primeras de él.
Pensé que se me venía una horita de remarla con un cascarrabia, pero no, mi primera impresión fue totalmente equivocada.
Es raro entrar a la casa de un Maestro Mayor de Obras, de 66 años, y en lugar de encontrar herramientas ver pinturas. Y no me refiero a latas de pintura, sino a cuadros pintados por sus propias manos. Una sala repleta de ellos le dan la bienvenida a quien ingresa, y el primer tema de charla se hace tan evidente como inevitable.
Quise conocer a Eduardo Romero porque realmente me llegaron sus pinturas. Me parecen muy reales, muy cotidianas, mundanas, exentas de aires picassescos y que logran captar perfectamente la belleza de las cosas sencillas. Tiene el talento suficiente para reflejar lo hermoso de aquello que, de tan común, no llama nuestra atención.
Tanta metafísica escrita al respecto, y resulta que un vecino tiene un pequeño y pintoresco tallercito de pintura a sólo 2 cuadras de mi casa, en el que se encierra y condensa con acrílicos a todos los Oshos y Coelhos y Bucays.
Sus comienzos en la pintura
Que yo sepa, antecedentes de pintores no tengo ninguno. Ni de mis padres, sus padres que eran andaluces. Nunca me enteré de nadie de mi familia que haya pintado algo. Mi padre era de Buenos Aires, se dedicaba a fletes en La Paternal, tenían un corralón con varias chatas y 30 caballos. Mi madre y su padre sí eran de Arrecifes, y mi bisabuelo era calabrés, y según me han dicho era muy malo, malísimo. Medía 1,90 mt y la policía lo ponía de patovica cuando había comicios.
No tengo idea cuando empecé a pintar, pero según mi señora dice que mi madre, contaba que yo me tiraba al piso con un papelito y un lápiz y dibujaba. Ni mis hijos ni mi señora tienen la menor idea de dibujo o pintura, o sea que soy un espécimen raro en la familia.
Su trabajo, sus tiempos, su pasión
Trabajo de la construcción, pero desde el 2009 que tuve una operación importante en el corazón, saqué bastante el pie del acelerador. En verdad no trabajo de la construcción, sino que vendemos tierra, tenemos unos camioncitos, unas palitas y una cantera propia. Actualmente trabajo menos, pero le hago un apoyo logístico a mi hijo. A veces me paso la mañana haciendo cosas que sino tendría que hacer él.
Pinto desde siempre. Cuando vivía en Buenos Aires iba a la Asociación Estímulo, pintábamos muchos desnudos naturales, muchos, muchísimo. Quizás hasta 10 por día. Yo soy muy inquieto, para cuando uno pintaba unas líneas yo había terminado un cuadro.
Sus propios cuadros
Pasado un tiempo desde que los termino, los tapo. Igual un cuadro jamás está del todo terminado, no lo terminas nunca. No me animaría, por ejemplo, a exponer los que hice 3 años atrás, ni loco, me daría vergüenza. Eso indica que he mejorado.
De los 36 a los 40 estudié Maestro Mayor de Obras, de las 19 hs a las 12 de la noche. Y después me puse a trabajar. Estuve 20 años sin pintar, y si bien sabía desde antes, no es lo mismo. Empecé de nuevo porque me entusiasmé en un viaje al norte, se me dio vuelta la cabeza. A los 3 meses de empezar gané los Bonaerenses, la instancia zonal. Al año siguiente volví a ganar el 1º premio.
Hay veces que, salvo que tenga que hacer algún trámite, estoy todo el día pintando, ni como o como mal del entusiasmo que tengo. Cuando estas pintando te olvidas del mundo. Mira, me pongo la radio, y no por nada pero me gusta la 89.9 porque tiene toda música folclórica y tangos que a mí me gustan. La escucho desde que empezó, y antes no había nada, o bien no agarra la señal, pero estoy tan entretenido que la dejo haciendo ruido ¡la pintura me absorbe de tal forma que no puedo cambiar la radio que está justo atrás mio! Cuando estoy acá solo realmente me olvido del mundo.
Qué pintar, esa es la cuestión
Por ejemplo ahora estoy trabajando en una estancia a 30 km, pero yo vaya donde vaya me llevo la cámara de fotos. Hace poco vi un ranchito, en Todd, y quedé fascinado. Al tipo no le gustaba que le saque fotos, pero después resultó que lo conocía de toda la vida. Yo miro, y miro, y voy mirando a ver que puedo pintar. Las cosas diarias, hay muchísimos cuadros de cosas que están a no más de 4 cuadras de mi casa.
Uno se da cuenta de entrada cuando un cuadro va a quedar bueno o no. El último que pinté, de la inundación, supe desde el primer momento que iba a quedar en la historia. Pero lo que importa no es el qué, sino el cómo.
La actualidad…
A veces me enchincho con el Gobierno. No soy de tener malos días, por eso mi ánimo no influye demasiado en las pinturas. Pero ayer leí que el Secretario de Turismo de Argentina tiene una casa en Punta del Este, y eso me da por las bolas. No puede ser, que se la haga en Carlos Paz, en Pinamar, pero no en Punta del Este.
Yo me rompí todo, me sacrifiqué mucho en la vida. Saca la cuenta que estudié de grande, tenía 36 años. Y ver que los políticos exhiben sus 4×4 en Punta del Este me da mucha bronca.
Mi filosofía de vida es simple, me gustan los pájaros, me gusta muchísimo el río, lo lindo, el mate, el mar. Pinté 20 tajamares, le doy de comer a los pájaros, me gusta la música, de Portugal, de Rusia, el tango, la chacarera, el son cubano.
Internet
Internet me permitió conocer pintores rusos, japoneses, chino, vietnamitas. Algunos tan grandes como Van Gogh, pero como ibas a conocerlo. En 60 años de mi vida había visto 100 pinturas, y ahora en 6 años me estoy haciendo una panzada de pinturas nuevas. Una chica me mandó 100 mil pinturas de 5 mil pintores, ordenados por abecedario.
Mujeres desnudas, al natural
Dibujé muchos desnudos. Pero vi a un artista que se llama David Hettinger, es un norteamericano contemporáneo, dibuja desnudos con lápiz pastel sobre papel. Dije “yo quiero hacer eso”, y fui y me compré pasteles en Buenos Aires y Canson de color. Ese tipo me dio vuelta la cabeza, me enloqueció.
Conozco varias chicas que hacen de modelos, hay chicas bellísimas. Yo soy extremadamente respetuoso en ese sentido,
Actualmente un 40 % de lo que se pinta son mujeres desnudas, pintadas también por mujeres. A mí no me llaman la atención los hombres desnudos, y a las mujeres tampoco les gusta pintar hombres. La mujer tiene una belleza que realmente parece un paisaje, todas, no hay mujeres feas. Van Gogh se moría por pintar mujeres desnudas y no tenía dinero, y se casó con una mujer para poder pintarla. Muchos pintores han querido y no han podido. Yo a veces no he tenido plata para pintarlas, actualmente estoy en otra situación económica.
Me gusta dibujar chicas morochitas, porque siempre me tocan rubias, parece que fuéramos suecos u holandeses. Hay chicas que vienen con el novio, y yo los invito a pasar y no quieren bajar del auto. Y cuando las chicas son muy jovencitas me aseguro de que vengan con su madre, no desconfío pero más vale evitar problemas.
Cultura en Arrecifes
La cultura en la ciudad está posicionada horriblemente. No hay grupo de teatro, no hay coro, no hay exposiciones de pinturas. Desde que yo soy chico jamás vino un pintor famoso a dar un taller, nunca nunca. Ahora yo pongo en youtube y tengo 50 videos de cómo se pinta cualquier cosa.
Respecto a los colegas locales, lamentablemente hay mucha envidia. Yo me pongo contento si alguien vende un cuadro, por ejemplo Luisito Zaccaría, que es amigo mío, si vende algo yo me pongo contento como si fuera mío.
Hay gente que prefiere comprar un perro antes que un cuadro, y otra gente que aun estando mal te compran un cuadro y eso es valorable.
Oferta y demanda
El precio de los cuadros no es lo que realmente valen. No podés cobrarlos bien porque nadie los compraría. Muchos de los que me compran son gente de Arrecifes que no viven acá, para tener algo de Arrecifes en la casa. Hace un tiempo vino una chica de Arrecifes que no vive acá y me pidió un cuadro, hace 30 años que no la veía.
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