La muerte de un joven ciclista
Ni muerte ni sólo ciclista, podríamos decir. Nadie muere del todo mientras se lo recuerde, y a Santiago Quiroga se lo va a recordar por mucho tiempo. Santi Quiroga se lo nombrará, y será por siempre aquel muchacho de sonrisa fácil a quien veíamos con el equipo de ciclista y su casco cualquier día de la semana y que un día, la fatalidad lo puso en la Ruta 191 delante de un automóvil.
Fue un accidente en el que fueron embestidos tres ciclistas, pero digo que son más que eso. Decir que Santi era sólo un ciclista es ignorar que era amigo, hijo, nieto, hermano… No era sólo un ciclista. Su habilidad deportiva lo llevó fuera de las fronteras de nuestro país; su amor por su tierra lo trajo de regreso.
21 años tendrá siempre, mantendrá la misma sonrisa que vemos en cada una de sus fotografías. Y si bien muchos tendrán que aprender a vivir sin él, toda la ciudad ya lo ha adoptado como el angel de la bicicleta de nuestra ciudad, el que por un camino de nubes pedalea para siempre, sin cansancio, sin apuro…
Esta no es una noticia. Es sólo una despedida. El dolor de la partida y la seguridad de la ausencia, pero también la promesa de recordarlo siempre.
En un gris 4 de octubre, Minutoarrecifes.