Para nuestros futuros gobernantes sub40
Pretencioso decálogo para las nuevas generaciones políticas
Eramos padres novatos y con miles de sueños y proyectos que se construirían sobre la base de una democracia naciente, resucitando, volviendo con más fuerzas.
En los 80 la bandera argentina cubría todas las consignas que habían signado la política de nuestro País en las décadas anteriores. Había que ocupar la calle, el espacio público, dejar atrás el miedo de los años de terror y salir al sol. «Venceremos» gritaba Jairo desde los escenarios en las plazas, Gieco hacía «En el país de la libertad» y Mercedes volvía de su exilio, desaparecían las listas negras y todos recitábamos el preámbulo de la Constitución Nacional… constituir la unión nacional, afianzar la Justicia, proveer la defensa común, promover el bienestar general y asegurar los beneficios de la libertad!
Con la democracia se come, se educa, se cura…
Ustedes nacieron en esa época. Fueron inocentes testigos de un tiempo que marcó a sus padres.
La época de la ilusión y los proyectos y después la de la desilución y el bajón. Cambiamos el preámbulo por «la peor
democracia es mejor que cualquier dictadura» y comenzamos a resignar sueños. Y aceptamos que quienes nos condujeron al desastre volvieran a tomar las riendas. Le dimos los pergaminos a quienes debieron haber dado un paso al costado.
Pero venían los hijos. Los que nacieron en los 80 y hoy tienen 30, y tienen hijos y las manos limpias y los sueños intactos. A ustedes les enseñamos que era una vergüenza ser un político, porque nosotros lo creímos.
Se dicen referentes, tienen liderazgo, pero siguen hablando de «ellos» cuando mencionan a los políticos, aunque ya
estén ocupando cargos o candidaturas. «No somos políticos», repiten. Y si, lo son. Y pueden ser de los buenos, de los que no tienen vicios, de los que precisamos.
Un intendente que aún no cumplió los 30, un concejal que hace poco dejó la secundaria, un funcionario de primera línea que nunca tuvo en sus manos un cassette ni un yo-yo son los nuevos cuadros. Nosotros fuimos los jóvenes sub 30, productivos, renovadores, pujantes… y nos prostituimos, nos dejamos comprar la ideología, dejamos nuestro lugar por miedo o mediocridad, dejamos pasar el tren… pero no importa, porque pasan otros, y es el turno de la nueva generación.
Y las próximas elecciones -seguro- nos van a poner frente a nosotros, en una boleta electoral, nombres como los de Paqui Bóveda, Patricio Gabilondo, Marcos Barrera, Laureano Villa, Leandro Penas y otros. Y ya tuvimos a Matías Acosta, Clarisa Camarasa o Martín Tamassi… Es tu turno flaco.
No necesitás un papá que está llegando a los 60 que te diga qué hacer o qué lugar podés ocupar. Nadie que se haya olvidado de quienes le encomendaron la tarea de administrar y terminó pensando sólo en su proyecto personal o en la perpetuidad de su cargo tiene autoridad para decirte qué te corresponde o qué no. Está ahí, ganátelo, la puerta está abierta. Olvidate del sillón, de la banca, del cargo, las influencias y la dieta. Mantenéte en tu senda, seguí mirando a Arrecifes con esas ganas de cambiarlo, de mejorarlo, de verlo crecer… Pedí consejo, preguntá, leé, estudiá, analizá, criticá… desmenuzá en mil pedazos lo que hicimos y quedate con lo que sirve y sumate a los que sirven, y recordá que no todo lo viejo se ha corrompido. Usá tu juventud y la pureza de tu pensamiento y sumalo a quienes vale la pena mantener vivo en la política, pero sé astuto para saber quienes son.
Colgate el cartel de político que todavía el tuyo está limpio y entero. No lo ensucies y metéle. No precisás un padrino y lo sabés…
Falta muy poco para agosto y van a armarse las listas. Necesitamos en el concejo gente en quien creer, necesitamos a los que todavía son rebeldes y tienen la capacidad de «hacer lío» como dijo Francisco a los jóvenes en Río. Un lío que convierta a esta ciudad en lo que queremos, y que sepan qué quieren para Arrecifes. Hacé lo que no supimos hacer. Decí NO las veces que haga falta, regalame el gusto de ver una ciudad distinta.
Y si conseguís llegar al concejo o a una banca en la legislatura, te vas a chocar con lo frustrante de ver cómo, un proyecto en el que trabajaste noches enteras y para el que estudiaste y te rompiste el alma, la mediocridad lo va a tirar a un archivo.
Son las reglas, seguí.
Vas a encontrarte con que no importa qué proyecto se presente sino quien lo presente. Y entonces van a bochar una gran idea porque quien lo rechaza no tuvo la capacidad de verla antes que vos. Y vas a ver que cuando te lo hayan aprobado, no se va a poner en funcionamiento para que no tengas tus laureles. Y vas a querer bajar los brazos. A pesar de todo, metéle.
En agosto tenés la oportunidad de demostrarnos que la juventud puede ganarse el lugar en una lista. Y si no ganaste la general, hay otras. Si algo te sobra hoy es tiempo. Es parte de tu capital.
Sólo podemos votar una lista de concejales, y nadie gana con el 100% de los votos, pero vas a trabajar para ese 100%.
Para quien te votó y para quien no, no tomes revancha, todos tenemos nuestras ideas y las tenemos que respetar.
Lucho por un lugar para vos en la nueva política, seas del partido que seas, si se que será honesta tu actitud, desde donde quieras.