Una vecina de Pergamino que conmovió a la gobernadora Vidal
Todo comenzó el lunes 26 de diciembre de 2016, cuando Pergamino sufría las consecuencias de la peor inundación de los últimas décadas con más de 13.000 personas afectadas. La Gobernadora Maria Eugenia Vidal visitó la ciudad y en su breve recorrida visitó el centro de evacuados del Complejo Pioneer donde se encontró con Lucrecia Sosa, una vecina del barrio José Hernández que entre lágrimas le contó que había perdido todo.
En aquella oportunidad, Vidal la abrazó y visiblemente emocionada, le prometió que iba a buscar una solución. La imagen de ese encuentro recorrió el país y simbolizó el pedido de una ciudad entera que había quedado arrasada por el agua. La mujer, que hace 11 años que vive en el mismo hogar y sufrió cuatro inundaciones, había logrado reponerse y armar un pequeño negocio que le permitía sobrellevar la economía familiar.
«Tenía un kiosco, hace un mes me compré un freezer y ahora está flotando, todavía no pagué ni una cuota, no es justo. Tampoco es justo que mi hijo ni que ningún chico del barrio viva esta situación. A Vidal solamente le pedí que nos arreglen el Arroyo. ¿Por qué me tengo que ir de mi casa que la construí con tanto sacrificio?, no es justo», había contado Lucrecia minutos después de su encuentro con la Gobernadora.
Fue así que a principio de febrero, la mandataria le envió un freezer, una heladera y una balanza para que la mujer retomar el negocio familiar que había quedado destruido por la inundación. «Yo no le creí cuando dijo que me iba a ayudar, estamos cansados que nos mientan los políticos, pero ella no me mintió», comentó Lucrecia al medio local Primera Plana tras recibir los artefactos. «Gracias a ella hoy puedo reabrir mi negocio», concluyó. (La Noticia 1)