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El rock local tuvo su tarde en el Santa
El sábado se llevó a cabo «Santo Rock», una alternativa que ya en su 4ta edición empieza a transformarse en una de las citas obligadas para las bandas que encuentran en este festival un espacio más que importante para mostrar su arte. Organizado por los alumnos de 6to año del Colegio Santa Teresita y con el aporte de los directivos de dicha institución, desde las 15:00 hs desfilaron distintas propuestas musicales, todas dejando su marca registrada y su sello de identidad.
En ese sentido, Golová fue uno de los puntos más altos. Precisos y contundentes, cuando la noche ya era un hecho y no una amenaza como hasta momentos antes, Rodo Castro, Fincho Casal, Feta Montardit y Francisco Previgliano hicieron sonar algunas de las canciones de Paf!, el disco que están a punto de editar y cuyo corte de difusión «Muerto», con el que además cerraron su show, ya puede escucharse en el sitio www.golovarock.com.ar .Como perla para el recuerdo, la enorme versión de «Scar Tissue», un clásico de Californication, disco editado en 1999 por Red Hot Chilli Peppers.
En el mismo nivel, la formación que tuvo al guitarrista de Soldaditos Tory Lacroze, Joaquín Previgliano en batería y Guido Casco en teclados y que aun no tiene nombre, realizó un set que en mayor parte fue instrumental, aunque también contó con dos canciones de The White Stripes, una de ellas «I just don´t know what to do» con Mariano Ferrari de Jhon Mc Clain poniendo el alma y la voz. Un viaje de la furia a la calma en solo un pasaje de acordes. En su debut, el trío también hizo un fragmento de «Time» de Pink Floyd. Otro instante inolvidable.
Antes, y siendo los indicados para dar inicio a la jornada que se estiraría por más de 6 hs, Alguien – entre clásicos como «Tan solo» de Los Piojos, Yo Caníbal» de Los Redondos y «Un osito de peluche de Taiwan» de Los Decadentes – tuvo la difícil misión de hacer que el público que poco a poco empezaba a comulgarse en el patio del «Santa» se empezara a empapar de su rock prolijo apoyado en la poderosa voz de Lucas Montenegro puesta en evidencia en canciones que pronto estarán grabadas en su EP, entre ellas «Como caer» y «Ya no hay nada» que junto a «La última lágrima» serán parte de esta producción discográfica que están registrando en los estudios El Garage Records y que en pocos días verá la luz.
Rato más tarde fue el tiempo de «Los Chicos», proyecto comandado por Pancho Duhalde y Juancho Blues que se formó para esta ocasión y cuyo repertorio varió entre Beatles, Las Pelotas y Pappo, que al igual que en «Que sea Rock» fue invocado varias veces, ya que «Los Vengadores de la Chula» también recurrieron a El Carpo para con «El Hombre Suburbano» reconocer la basta influencia en los genes de nuestra música local del ex Riff. Con la distinción de una voz femenina al frente, la de Camila Angeloni, y un estilo que todavía busca definirse entre guitarras rockeras que por momentos toman atajos pop y melódicos para resolver a medias canciones propias como «En mi casa», «Mi lugar» y «Botellita de Jerez», terminaron redondeando un buen desempeño. «Todo un Palo», otra gema Ricotera fue lo mejor de su paso por las tablas, sobre todo por el saxo de Luciano Girot que brilló en esta versión del himno de Indio y Skay.
Marionettas supo exprimir a pleno su paso por el festival cuando el sol todavía calentaba la tarde con covers de Guasones y Ella es tan Cargosa, notables influencias en esta banda que también en su naturaleza Calamaresca repasó temas de su composición como «Gotas de un vaso» y «Zapatitos Marrones» con la voz de Jhony Ríos como elemento más destacable. Marionettas también trabaja en la producción de un disco que podrían parir entre noviembre y diciembre de este año.
Por su parte, Metegol también recurrió a la canción como bandera flameante en covers de Turf, Ciro y Los Persas y No Te Va Gustar. Sin embargo su momento se vio empañado por un corte de luz que enmudeció el festi por unos 15 minutos. Esta fue la segunda presentación de la banda que tiene a Gastón Slaiman como líder y si bien aun se nota la falta de rodaje, hay una esencia que empieza a notarse y hacerse expansiva en quien escucha, pues la fórmula es efectista y efectiva ya que su lista esta basada en canciones que han sido hits radiales que han vivido en la memoria de todos.
Todo lo contrario a lo promovido por Plenilunio. Los ex Soldaditos Luciano Testa y Laureano González junto a Fausto González se alejaron de lo comercial y plasmaron su rock progresivo de base experimental con potencia y solidez, aunque sin naturalidad y con una presencia escénica que lució algo forzada aunque desafiante. Con influencias de Stoner Rock, un género devenido del metal de los 60 aferrado a tempos lentos o medios con riffs graves de guitarras que suenan como tormentas, el power trío marcó su huella por el Santo Rock que tras el pasó de Golová tendría en Jhon Mc Clain a los encargados de bajarle el telón. Y lo hicieron con un set corto y austero, denotando cierto descontento. De todos modos, esto no impidió que en poco más de veinte minutos hicieran un set más que interesante. Como en su anterior presentación recurrieron a Talking Heads para su «Pysho Killer» y a un clásico propio como «Sospechado a no sumar». Y sin mediar más que algunas pocas palabras, se despidieron cuando las luces ya empezaban a apagarse tratando de evitar un nuevo corte eléctrico, el frío había llegado para quedarse y la gente en su mayoría se había retirado del lugar dejándolo vacío en muy poco tiempo tras un día en el que aunque con la tibieza y la apatía habitual, fue protagonista (y en buen número) y testigo de cuan importante es para el rock la permanencia y la creación de espacios como estos, como el «Santo Rock».
Diego Amaya
